RINCÓN DE LITURGIA
Reseña del Campamento de Música Litúrgical
Durante la semana del 28 de julio al 1 de agosto, tuve la bendición de trabajar con 12 estudiantes que cursarán entre 5.º y 9.º grado en nuestro primer Campamento de Música Litúrgica. Este no fue un campamento musical típico en el que los participantes simplemente se reúnen, ensayan y presentan algo al final de la semana. En cambio, fue una oportunidad para acercar a los jóvenes al por qué y cómo de la música que hacemos dentro de nuestra fe católica.
Durante la semana, exploramos música para la asamblea, el canto de los salmos, piezas corales, el uso de diferentes instrumentos (desde panderos hasta el órgano), el canto gregoriano, la dirección de cantos, campanas manuales, teoría musical y mucho más. Cada uno de estos elementos nos ayuda a ofrecer todo nuestro ser durante la Misa.
El miércoles, los estudiantes participaron en un recorrido por órganos de iglesia, visitando cuatro templos distintos: Seton, Christ the King, St. Peter y Centenary Methodist. Allí aprendieron sobre las características de cada órgano: cómo suenan y cómo funcionan. Fueron guiados por Rob Vanover, director del coro en Lexington Catholic y organista diocesano. Este año no pudieron entrar a las cámaras del órgano, pero aun así aprendieron muchísimo sobre este gran instrumento.
El campamento fue guiado por mí, Gabrielle Manion Wrightson (directora de música en Pax Christi), Mary Grace Horsley (directora de música en Seton), y Julie Ervin, músico parroquial en Paris y Winchester. Estas talentosas personas compartieron generosamente su tiempo, conocimientos y habilidades para formar a esta nueva generación de músicos litúrgicos, provenientes principalmente de Mary Queen y St. Leo en Versailles.
Nuestro objetivo no era solamente que los estudiantes crecieran como músicos, sino que también ampliaran su comprensión sobre la música litúrgica—reconociendo que es mucho más extensa en historia, cultura y estilo de lo que a veces vivimos en nuestras parroquias locales. Una forma en que lo logramos fue rezando una hora diferente de la Liturgia de las Horas cada día.
Esperamos que estos estudiantes se sientan animados a participar y liderar en la música litúrgica no solo en el futuro, sino desde ahora, en sus escuelas y comunidades parroquiales.
Oramos para que esta experiencia siga dando frutos, y que estos jóvenes continúen creciendo en su fe y en su capacidad de compartir la Buena Nueva a través de la música.
Adam Beeken, abeeken@cdlex.org